Lunes, 02 de Diciembre del 2024



Himno Nacional

El 24 de mayo de 1812 el político y poeta Vicente López y Planes, que se encontraba entre el público presente en la Casa de la Comedia, se sintió inspirado por la música de la canción final de la obra de teatro "El 25 de Mayo", una especie de himno coreado por los actores en el último acto.

Ya en su casa, esa misma noche, López y Planes escribió las primeras estrofas de un ardiente e impetuoso himno para ser cantado con aquella música que tanto lo había entusiasmado.

Casi un año después la canción se había popularizado, entonces la Asamblea Constituyente que regía los destinos del país la aprobó, el día 11 de mayo de 1813, como "Marcha Patriótica".

Sin embargo, dado que aún se cantaba con la música de aquella obra de teatro, se le encargó al mismo Blas Parera la composición de una nueva música para darle originalidad a la canción nacional.

Lo cierto es que la marcha patriótica nunca tuvo otra música. Parera simplemente repitió la partitura que ya era popular.

En 1860 la música del Himno Nacional fue mejorada por Juan Pedro Esnaola, quien enriqueció la orquestación y la armonía.

En el año 1900, un decreto del presidente Julio Argentino Roca dispuso que sólo se cantaran la primera y la última cuarteta y el coro de la Canción Nacional.



Himno Nacional Argentino

(Versión que se canta actualmente)
Letra: Vicente López y Planes / Música: Blas Parera


Oid Mortales, el grito sagrado:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
¡Oid el ruido de rotas cadenas:
ved del trono a la noble Igualdad!
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud,
y los libres del mundo responden
¡Al gran Pueblo Argentino salud!

CORO
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.



Marcha Patriótica

(Versión original)
Música: Blas Parera


CORO
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.
Oid ¡mortales! el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad.
Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a su planta rendido un León.

CORO
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar;
La grandeza se anida en sus pechos,
A su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor,
Lo que ve renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor.

CORO
Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor:
Todo el país se conturba con gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel
Su estandarte sangriento levantan
Provocando a la lid más cruel.

CORO
¿No los veis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz?
¿Y cual lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y la Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
Luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?

CORO
A vosotros se atreve ¡Argentinos!
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener.
A esos tigres sedientos de sangre
Fuertes pechos sabrán oponer.

CORO
El valiente argentino a las armas
Corre ardiendo con brío y valor,
El clarín de la guerra cual trueno
En los campos del Sud resonó;
Buenos Aires se pone a la frente
De los pueblos de la ínclita Unión,
Y con brazos robustos desgarran
Al ibérico altivo León.

CORO
San José, San Lorenzo, Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
Del tirano en la Banda Oriental;
Son letreros eternos que dicen:
"Aquí el brazo argentino triunfó."
"Aquí el fiero opresor de la patria
Su cerviz orgullosa dobló."

CORO
La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió,
Y azorado a su vista el tirano
Con infamia a la fuga se dio;
Sus banderas, sus armas se rinden
Por trofeos a la Libertad.
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
Trono digno a su gran majestad.

CORO
Desde un polo hasta el otro resuena
De la fama el sonoro clarín.
Y de América el nombre enseñado,
Les repite ¡mortales! Oíd:
¡Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud!